“Los venezolanos merecen una vida mejor, libre de miedo y con acceso a alimentos, aguas y servicios sanitarios” declaró la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, al presentar al mundo su informe sobre la situación en Venezuela. El duro informe de Bachelet sobre el estado de los derechos humanos en Venezuela da cuenta de “graves violaciones de los derechos civiles, políticos, sociales y económicos” del pueblo venezolano, situación que se viene denunciando desde hace varios años. Hace pocos días, el 9 de septiembre de 2019, la ex- mandataria chilena denuncia "posibles ejecuciones extrajudiciales en Venezuela" desatando la ira de Maduro y de la izquierda antidemocrática que lo apoya a ultranza.
Este informe tiene mucha importancia política y puede ser analizado desde diversos ángulos, sin embargo, resulta particularmente idóneo para hacer frente a posturas que insisten en relativizar los derechos humanos a la luz de consideraciones políticas, ideológicas o económicas.
Personeros del Partido Comunista Chile o actores políticos de izquierda como el Senador Alejandro Navarro han llevado a cabo una férrea defensa de regímenes como los que gobiernan en la actualidad los destinos de Venezuela y Nicaragua, mostrándose escépticos incluso ante el informe sobre Venezuela de una de las personas más representativa de la izquierda latinoamericana como es Michelle Bachelet. Desde la otra vereda, el Presidente Piñera que adoptó una posición fuerte y crítica frente a la dictadura de Maduro, no dudó en declarar, en su paso por China, que “cada uno tiene el sistema político que quiera darse” evitando conflictos con el gigante asiático, seguramente por razones económicas y comerciales.
La dignidad humana y los derechos de que ella emanan no tiene color político, su reconocimiento y protección no debe ser contaminada con una carga ideológica, de lo contrario se reduce intolerablemente su defensa. Michelle Bachelet ha dado una señal fuerte en este sentido. A pesar de su postura política, de las presiones de la izquierda antidemocrática latinoamericana, de los obsesivos ataques que sufre por parte de la débil e inconsecuente derecha chilena (Maduro Dictador – Pinochet salvador de la Patria), ha sido capaz de mostrar al mundo que los derechos humanos van más allá de cualquier añeja ideología o espurio interés económico. Detrás del informe y su discurso en Ginebra ha dicho una verdad irrefutable (aunque dolorosa para algunos, especialmente en Chile): “el destino de más de 30 millones de venezolanos está en las manos de las autoridades y de su habilidad para poner los derechos humanos por delante de cualquier ambición ideológica o política”.
Muy bien Michelle.